Me atrae poderosamente la belleza desnuda de lo necesario.
El cuerpo del vestido, que es de corte clásico acompaña el trazado de la falda dando continuidad a cada pliegue con una costura, perfilando con detalle la figura femenina.
Me agazapo en el enmoquetado con un blog de notas y un lápiz.
Ahí entre las piezas, que un día fueron cotidianas del célebre diseñador de Alta Costura, me sorprende cierta sensación de familiaridad.
Qué bueno observar sin interpretaciones ni reloj.
Valorando con la mirada crítica profesional, pero también con la del caminante que ha compartido parte de la misma marcha.
La mujer diseñadora de hoy vive en su propia piel el nuevo feminismo que está revelándose a convencionalismos y tradiciones.
Se atreve a mirar de otro modo libremente y al dictado de su intuición apuesta por la innovación.
Démosle una vuelta al diseño del corsé que dibuja perfectamente la cintura pero no cubre el pecho. Sumemos una razón más a su atractivo recogiendo, sosteniendo y albergando con naturalidad el pecho.
-«Es como un Dior pero en auténtico»