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Capa de novia de diseñador.

“Oh vos, cualquiera que entrastes
hoy en mi jurisdicción,
donde mi capa de paño,
si no de tumba, os sirvió”
Luis de Góngora y Argote. Fábula de Polifemo y Galatea, 1612

Gracias a la herramienta de Google books, Ngram Viewer,  desarrollada por 2 estudiantes de Harvard (Erez Lieberman Aiden y Jean-Baptiste Michel), es posible comprobar de un solo click, como el uso de la capa data al menos del siglo XVII.
Así lo demuestra el romance del poeta y dramaturgo español del Siglo de Oro con el que encabezo esta redacción, donde la capa queda inmortalizada en los versos de la literatura castellana de la época.

HISTORIA DE LA CAPA

Común a ambos sexos, es con toda probabilidad la prenda exterior más utilizada a lo largo de la historia, por personas de toda condición social; desde esclavos y campesinos a nobles y príncipes.
Construida con tejidos sencillos, excelentes paños y terciopelos,
forrada con pieles comunes, armiño, marta cibelina o acolchada,
adornada con ribetes de pasamanería, galones, alamares y bordados,
para diario, para viajar, para la lluvia, para vestir por la noche y de gala.

Lo que hoy conocemos por capa española clásica o capa castellana  es una prenda abierta y larga, con cuello de tirilla, amplia de vuelo y capelina corta desmontable, que se usa sobre el vestido o traje.

Sustituyendo al tradicional abrigo corto de periodos anteriores, la capa circular aparece en la corte europea más floreciente e imitada durante los siglos XVI y XVII, que en ese momento es España.
Una moda más bien geométrica y cubrir el cuerpo al máximo, que se oculta bajo el vestido,  son 2 aspectos que caracterizan esta etapa.

Finalizando el siglo XVIII otras piezas de abrigo sustituyen a la capa, que queda relegada a prenda de vestir para la noche, aunque continuó siendo imprescindible en el armario femenino por cubrir el enorme volumen de las faldas ahuecadas por sus correspondientes miriñaques.

La capa fue prenda de abrigo habitual de referentes como Pío Baroja, Ramón y Cajal, Perez Galdós o Ramón del Valle-Inclán

LA CAPA ES MODA

En la actualidad la capa y cualquier derivado de esta linea, como son todos los patrones capeados de biés y volantes, se muestran en innumerables colecciones de moda como factor tendencia, incorporados como parte o todo en cuerpos, faldas y sobrefaldas,
en escotes, pecheras, cuellos, puños,
a modo de hombreras, en cinturas,
superpuestas, fruncidas, plisadas, en cascadas …

En mi caso, como profesional de la moda, me siento en la responsabilidad de hacer mi aportación prescindiendo de lo conocido, lo fácil, aunque no lo más favorecedor, y abrazar la  incertidumbre del a dónde me llevará mi inspiración creativa.

Bien, esta es mi propuesta:

Al más puro estilo de la Alta Costura del siglo pasado, te presento a Beatrix: una pieza refinada sin ostentación.
Se trata de una capa de línea “U” invertida, con largo rebasando los pies y cola en su espalda pendiendo de los hombros.
Su patrón muestra los brazos a través de aberturas laterales y cierra en el centro de su escote delantero.
Construida con tul de seda natural plisado a mano, Beatrix resulta el diseño idóneo para potenciar y complementar el look en vestidos de novia de corte regio y escotes generosos, dada la sutil riqueza de su aspecto y atractiva transparencia.